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martes, 5 de enero de 2010
Trabajar con coherencia
Actualmente, sobran conocimientos y recursos para resolver los grandes problemas y desafíos del Chile Bicentenario, pero tanto a los ciudadanos, como a nuestros líderes e instituciones, parece que les cuesta enfocarse, dedicarse con disciplina y esfuerzo y ser coherentes en sus conductas, emociones y declaraciones.
Pareciera que les pasa lo mismo que a las personas que quieren bajar de peso y buscan todo tipo de distorsionados caminos, cuando es claro que lo único que funciona es comer menos y hacer ejercicio. Sin embargo, consumen pastillas, maquinas, cremas y dietas milagrosas que crean la ilusión de que se están haciendo cargo del problema.
Sabemos lo que hay que hacer, pero requiere mucho esfuerzo y es aburrido. Esta incoherencia entre nuestro conocimiento racional, nuestras emociones y nuestras acciones es una de las características de los seres humanos occidentales de hoy.
En el Bicentenario, es necesario reconfigurar la comunidad nacional, con respeto y apertura, ponerse de acuerdo, definir qué queremos, cómo queremos convivir. No en reuniones de café donde escupimos la crítica rabiosa, sino en sesiones de trabajo, en cabildos y asambleas, con método y resoluciones. Luego la comunidad debe asumir los acuerdos y actuar coherentemente. Cada uno asumiendo su papel: mejores personas, mejores líderes y mejores instituciones para soñar y construir un mejor país, para los chilenos y chilenas de hoy y los que dentro de cien años, celebrarán el Tricentenario.
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